miércoles, 22 de abril de 2009

Ruta Monteporrino

Otra lección de historia, naturaleza y tradición. Otra lección sobre Extremadura, sobre lo que ha sido y sobre lo que ojalá siga siendo. Esta ruta nos llevará a una "dehesa comunal": una finca propiedad del municipio y cuya explotación se reparte entre todos los vecinos a través de concursos y subastas. Una forma de explotación de la dehesa propia de Extremadura desde hace muchos siglos y que ojalá nunca se pierda. Aunque sólo quede como una tradición simbólica, pero sería todo un acierto que perdurara y que nuestros hijos y nietos pudieran seguir aprendiendo de ella. La tierra es para todos.

Hoy recorreremos la finca Monteporrino, en el término de Salvaleón.

Día 11 de abril de 2.009. Sábado Santo. Un día espléndido que no se podía desaprovechar.
Caminos en magnífico estado, terreno con muchas subidas y bajadas, pero no demasiado duras.

La ruta comienza junto a la carretera la EX-320, de Salvatierra de los Barros a Salvaleón. Aproximadamente en el km. 32,5 en dirección a Salvaleón encontraremos a la izquierda la Cañada Real Portugal - Madrid perfectamente señalizada. De aquí partiremos, pero no tomaremos la Cañada Real si no un camino que sale a la derecha.

El paisaje es desde el principio espectacular, rodeados de encinas y alcornoques, que en su primer tramo forman espesos bosques, más que dehesas, y con unas vistas magníficas de las sierras que nos rodean.

Al llegar a una bifurcación debemos tomar a la izquierda, cruzando un paso canadiense, y al poco, a 2,5 aprox. del inicio de la ruta, encontramos la "piedra montá" señalizada a la izquierda: una curiosa formación rocosa que parece mantenerse en precario equilibrio.

Y seguimos descubriendo cosas, porque un kilómetro y medio después se nos señala que a la izquierda, pasando un cercado abierto, encontraremos la "tumba del moro": unas tumbas medievales excavadas en roca. El suelo de la zona es muy rocoso, con muchas formaciones graníticas, y no fui capaz de encontrar las tumbas pero es un lujo adentrarse en la zona: una frondosa vegetación con encinas formando un bosque típico mediterráneo salpicado de rocas donde puder subirte y disfrutar de las vistas por encima de los árboles.

Pero volvamos a nuestro camino, porque hay muchas más cosas que descubrir: los restos de los que se cree sería una fragüa romana (sólo distinguiremos unas piedras que posiblemente formarían los muros y el suelo, de un color mucho más oscuro del que nos rodea, 2ª fotografía) y un pilar de agua fresca, que llaman del Guijo, junto a un pequeño embalse.

A 5,5 kms. del inicio encontraremos unas casas y chozos habilitados como casas rurales y junto a una de ellas veremos unos enterramientos en cista de la edad de bronce: enterramientos rectangulares formados por lascas de rocas y cubiertos por enomes losas de granito (3ª fotografía). Yo a estas alturas estaba ya disfrutando como un niño chico con tantos descubrimientos y paisajes bellos, rodeado de rebaños de ovejas que pastaban y de olores a retama, brezo y encina. Pero hay más: a 7,5 kms. del inicio el pilar del Toril, y un poco más allá los restos de una villae romana que yo no supe distinguir de entre el resto de rocas de la zona. Por todo el lugar iba encontrando lo que creo que serían majadas de pastores construidas en piedra, o algo así, la verdad, no lo sé muy bien, me parecieron muy peculiares y fue de lo que más me llamó la atención aunque he encontrado muy poca información sobre ellas (4ª fotografía).
Y seguimos adelante...y nos encontraremos otro pilar, y un merendero, y la ermita de San Isidro de Salvaleón...y ya podemos volver, o no, porque podemos seguir hacia Salvaleón y descubrir nuevos lugares, y tomar la Ex-320, que es preciosa, y muy dura para recorrerarla con la bicicleta, una carretera practicamente de montaña...y volver al inicio de la ruta.
Hay tantas cosas que contar...y este blog es tan estrechito...

miércoles, 1 de abril de 2009

Ruta de las Lagunas de La Albuera


Un lugar diferente. Especial y único, creo, en Extremadura. Recorreremos un complejo húmedo de enorme valor natural, compuesto por múltiples lagunas, naturales y artificiales, pero con una peculiaridad: son estacionarias, y durante meses, incluso años, pueden perder completamente sus aguas. Es un paisaje extraño, solitario y duro, como de sal y barro.

22 de febrero de 2.009. Un día despejado, perfecto para correr caminos. Terreno muy llano y fácil. Ruta de 22 kms. apróximadamente, que como siempre se pueden alargar o acortar, dependiendo del tiempo que tengamos, o de lo que paremos en el camino. Yo suelo parar mucho y tener poco tiempo.

La ruta comienza en la carretera N-432 de Santa Marta de los Barros a La Albuera. A 1.700 m. aprox. del cruce con la carretera de Entrín Bajo, dirección La Albuera, veremos a nuestra derecha un cartel informativo del complejo lagunar: ahí comenzaremos hoy.
Tomaremos el camino principal y quedaremos a la izquierda otro camino que ya retomaremos. Al poco encontramos ya una pequeña laguna, con agua, muy poca, donde revoloteaban avefrías. Siguiendo el camino principal encontraremos un cercado, pero está abierto, lo pasamos y nos encontramos con la Laguna La Marciaga (primera fotografía). Ésta es una de las más grandes y tenía agua, también muy poca, a penas un palmo: este año el complejo lagunar estaba bastante seco, pero muy verde. Allí me entretuve viendo unas cigüeñelas y una garza blanca.
A la derecha, siguiendo un caminito, en teoría, debe estar la Laguna Grande, pero yo entonces no lo sabía y no fui a buscarla (vaya, otro día será). Yo seguí a la izquierda, volví a salir, por ese lado, del cercado y llegué a un cruce de caminos con otro cartel informativo. Tomé hacia la izquierda y a unos seiscientos metros encontraremos un camino, otra vez a la izquierda, con un cartel que señalaba que era una zona de avistamiento de aves esteparias. Yo no vi ninguna avutarda, ni sisón, ni tan siquiera una perdiz o una codorniz, pero yendo por este camino me dieron más o menos las cinco y media de la tarde y entonces llegó la parte espectacular de la ruta: empezaron a sobrevolar la zona cientos de grullas. El complejo lagunar debe ser dormidero de estas preciosas aves, y fue una maravilla verlas llegar volando en esas formaciones tan llamativas en forma de uno, con ese barrito tan espectacular..."grus grus grus" ...siguiendo los bandos con los prismáticos podías ver perfectamente donde tomaban tierra, pudiendo ver algún bando en el suelo a no más de cien metros.
Este camino pasa junto a otra laguna, la que llaman del Burro: también seca, es más, estaba cultivada, pero si te adentras en ella comprobarás que el suelo está húmedo. De esta zona es la segunda fotografía. Un poco más adelante llegaremos a la carretera N-432, tomaremos dirección Santa Marta y llegaremos al punto inicial de la ruta, pero recomiendo no acabarla aquí: ahora cogeremos el camino que al principio quedamos a la izquierda para llegar a otra laguna, la Laguna Chica (tercera fotografía). Completamente seca también, el terreno un poco húmedo, pero diferente a las demás...cada laguna tiene sus propias características, unas con agua, otras secas, unas muy pequeñas y otras de un tamaño considerable, alguna cultivada y otras cubiertas de vegetación silvestre...muchos pequeños mundos, y todos ellos llenos de vida.

Ya solo nos queda volver al inicio, pero esperad al atardecer, no os perdais el vuelo de las grullas en el cielo rojo de Extremadura.